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Cómo cultivar tabaco

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Cómo cultivar tabaco

Durante siglos, los granjeros y los jardineros han cultivado sus propias cosechas de tabaco para uso personal y para su venta. En la actualidad, las grandes empresas cultivan y curan la mayor parte del tabaco; sin embargo, aún puedes cultivar tu propia cosecha con un poco de conocimiento y

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Cómo cultivar tabaco

Durante siglos, los granjeros y los jardineros han cultivado sus propias cosechas de tabaco para uso personal y para su venta. En la actualidad, las grandes empresas cultivan y curan la mayor parte del tabaco; sin embargo, aún puedes cultivar tu propia cosecha con un poco de conocimiento y mucha paciencia. Cultivar tabaco es una actividad legal, pero puede volverse un proceso muy agotador. Sigue estos pasos para cultivar tu propio tabaco.

Comprende las condiciones del suelo y el clima
Ten en cuenta que la hoja del tabaco crecerá en casi todo tipo de suelo. El tabaco es una planta muy resistente. Puede crecer en donde crecería cualquier otro cultivo agrícola; sin embargo, como regla general, debes cultivar el tabaco en suelos con buen drenaje, ya que crece mejor. Cabe resaltar que el suelo en el que se cultivó el tabaco lo afectará en gran medida. Por lo general, los suelos más claros producen un tabaco de color más claro y los suelos más oscuros producen un tabaco de color más oscuro.

Para obtener el mejor resultado, cultiva tabaco en un clima que sea seco y cálido. El tabaco requiere un periodo sin heladas de 3 o 4 meses entre el trasplante y la cosecha. Para obtener el mejor resultado, el tabaco debe madurar sin exponerse a fuertes lluvias; el exceso de agua hace que las plantas de tabaco se vuelvan delgadas y escamosas. La temperatura ideal para cultivar tabaco va de 20 a 30 °C (68 a 86 °F).

Planta y trasplanta el tabaco
Esparce las semillas de la planta de tabaco en la superficie de una mezcla inicial esterilizada para semillas y luego riégalas un poco. Asegúrate de colocar la mezcla inicial en una maceta pequeña, de preferencia, con agujeros en el fondo. Debes mantener estas semillas en un ambiente cerrado de 4 a 6 semanas.

    La mezcla inicial para semillas está compuesta por abono y otros nutrientes que promueven el crecimiento sano de las semillas. Puedes conseguirla en la mayoría de las tiendas de jardinería y de materiales para el hogar.

    Las semillas son muy pequeñas (no más grandes que una picadura); por ello, asegúrate de no sembrar una cantidad muy abundante. Fija un espacio adecuado entre cada semilla para que no estén hacinadas.

    No se recomienda sembrar las semillas al aire libre, ya que son muy pequeñas. Asimismo, los nutrientes que requieren son diferentes a los que requieren muchas otras plantas, por lo cual es buena idea agregar un poco de gravilla o algún fertilizante especial para plantas de tabaco.

    Para germinar apropiadamente, las semillas requieren temperaturas cálidas que van de los 23 a los 26 °C (75 a 80 °F). Si no las cultivaste en un invernadero, asegúrate de que el espacio cerrado donde se encuentran cumpla los requisitos de temperatura.

    No cubras las semillas con tierra, ya que necesitan luz para germinar; si las cubres, la germinación tardará más o no ocurrirá. Las semillas deben empezar a germinar dentro de 7 a 10 días.

 Riega la tierra con frecuencia para mantenerla húmeda, pero no empapada. Nunca dejes que la tierra se seque por completo.

    Sé muy cuidadoso cuando riegues, ya que la fuerza del chorro de agua puede arrancar los brotes de tabaco que acaban de emerger y puede hacer que mueran.

    Si es posible, riega los brotes desde el fondo. Si usaste una maceta con agujeros en el fondo, coloca la maceta sobre una bandeja con agua. Déjala ahí por unos segundos para que la tierra absorba el agua, así regarás el brote sin mojar las hojas.

 Después de 3 semanas, trasplanta los brotes en una maceta más grande. Si regaste y almacenaste los brotes de forma adecuada, serán lo suficientemente grandes como para trasplantarlos.

    Trasplantar los brotes a un recipiente más grande permitirá que desarrollen un sistema de raíces más resistente y saludable.

    Para verificar si los brotes tienen el tamaño correcto, trata de agarrarlos. Si puedes sostenerlos fácilmente con el dedo pulgar y el índice, están listos para el trasplante. Si aún son muy pequeños, deja que el proceso de germinación continúe hasta que alcancen el tamaño correcto.

    Trasplantar las plantas de tabaco con la raíz desnuda (sin tierra) de forma directa de la maceta al jardín es un método más fácil, ya que implica un único trasplante. Sin embargo, una vez plantada, la planta con raíz desnuda puede sufrir un "shock de trasplante", en el cual algunas de sus hojas más grandes, o la mayoría, se vuelven amarillas y se marchitan. Después de una semana, la planta de tabaco empezará a crecer una vez más, pero evitar completamente el shock de trasplante te ahorrará una semana de espera, ya que la planta que estaba en la maceta empezará a crecer justo después de trasplantarla.

Riega los brotes con una solución fertilizante inicial para plantas, como un fertilizante miracle-gro o una emulsión de algas o pescado. Esto puede ser un alimento adecuado para las plantas hasta que estén listas para transferirlas al jardín, dentro de 3 o 4 semanas.

    Si la planta empieza a amarillarse o a lucir atrofiada, es posible que necesite otra dosis de fertilizante. Pero aplica una cantidad moderada, ya que el uso excesivo de fertilizante en las plantas que están en macetas puede quemar sus raíces o hacer que crezcan mucho y se vuelvan delgadas.

 Prepara tu huerto para trasplantar las plantas más grandes. Asegúrate de que el área en la que las plantes esté expuesta al sol de forma constante, que tenga un buen drenaje y esté bien labrada.

    La falta de luz solar generará plantas delgadas, un mal crecimiento y hojas delgadas. Esto no será un problema si vas a plantar plantas de tabaco para usar sus hojas como envoltura para puros, ya que cultivar tabaco en un área con sombra puede hacer que las hojas desarrollen las características deseadas para este fin.

    También mide los niveles de pH de tu jardín. Las plantas de tabaco deben plantarse en suelos moderadamente ácidos, de lo contrario no crecerán. El suelo en sí debe tener un pH de 5,8. Si el pH del suelo es 6,5 o más, puede producirse un mal crecimiento o algunos trastornos de crecimiento.

    Evita preparar tu jardín en suelos que estén infestados de enfermedades y nematodos. Los nematodos son gusanos parásitos que se alimentan del tabaco y que son muy difíciles de exterminar después de que infestan la tierra.

Transfiere las plantas de tabaco a tu jardín cuando los brotes midan entre 15 y 20 cm (6 y 8 pulgadas) de largo. Coloca las plantas en filas con una separación de 60 a 90 cm (2 a 3 pies) entre cada planta y fija una separación de 106 a 121 cm (3,5 a 4 pies) entre cada fila.

    Las plantas de tabaco "consumen mucho", esto significa que agotarán los nutrientes del suelo en aproximadamente 2 años. Para contrarrestarlo, realiza una rotación de 2 años en tu área de cultivo plantando en diferentes lugares por 2 años y esperando 1 año para transferir el cultivo de regreso al lugar original.

    En lugar de tener un huerto vacío, podrías rotar el cultivo de tabaco con el de otras plantas que no sean susceptibles a las plagas comunes que se transmiten por el suelo, como el maíz o la soya.

Cuida las plantas de tabaco
Riega las plantas con cuidado cada noche durante unos días hasta que se asienten. Una vez que estén mejor establecidas, puedes regarlas con menos frecuencia para evitar un riego excesivo.

    Mantén las plantas húmedas sin empapar la tierra. Si el área de tu jardín sufre una sequía, considera instalar un sistema de irrigación. Esto evitará que el suelo se seque de forma excesiva, lo cual podría dificultar el crecimiento de la planta de tabaco.

    Si piensas que se producirán lloviznas o lluvias por unos días, puedes regar las plantas incluso con menos frecuencia. Las estructuras de las hojas de la planta de tabaco permiten que la planta recolecte y transporte el agua hacia su base.

 Aplica un fertilizante con bajo contenido de cloro que solo contenga nitrógeno en forma de nitrato. Los fertilizantes usados para los tomates, pimientos y papas también son apropiados.

    El uso excesivo de fertilizantes es un problema grave, ya que puede producir daños a causa de la acumulación de sal. La cantidad a aplicar dependerá en gran medida del grado del fertilizante, la fertilidad natural del suelo, las pérdidas de nutrientes debido a las filtraciones y otros factores subjetivos. Consulta las indicaciones del fertilizante para garantizar el mejor uso posible.

    Se recomienda que apliques el fertilizante muchas veces. Cuando la planta de tabaco empiece a florecer ya no habrá necesidad de fertilizarla.

 Desmocha la planta de tabaco tan pronto como empiece a florecer. Esto consiste en eliminar la yema terminal (central), lo que permitirá que las hojas de la parte superior se vuelvan más largas y gruesas de lo que serían normalmente.

    La yema terminal es la más prominente y suele encontrarse en la parte más alta del tallo.

 Puedes eliminar esta parte quebrándola o cortándola, de preferencia, antes de que se abra alguna flor.

    Justo después de eliminar esta parte superior, se formarán yemas o retoños auxiliares en cada hoja. También debes eliminarlos con la mano, o reducirán la cosecha y la calidad del tabaco.

 Ara cuidadosamente alrededor de las plantas de tabaco para mantenerlas libres de maleza. También puedes acumular tierra alrededor de la base de la planta para fortalecerla.

    Las raíces de la planta de tabaco crecen rápido y la estructura de las raíces es grande, esta cuenta con miles de raíces absorbentes que parecen cabellos y que crecen cerca de la superficie del suelo. Ten cuidado cuando labres o ares, ya que si penetras el suelo muy profundo puedes dañar las raíces.

    Tres o cuatro semanas después de plantarlas, debes dejar de arar con fuerza y solo tendrás que rascar suavemente para controlar la maleza.

Si notas la presencia de plagas o partes podridas, rocía las plantas con un pesticida especial para plantas de tabaco. Las plagas comunes que la afectan incluyen a los gusanos de las yemas, los gusanos picudos y los agentes patógenos.

    La planta de tabaco puede ser infestada por diversos insectos y enfermedades. El proceso de rotación podría ayudar a reducir la posibilidad de que la planta quede infestada, pero no siempre funciona.

    Si tu planta continúa infestada, muchas tiendas de jardinería y de materiales para el hogar venden pesticidas especiales para plantas de tabaco. Las marcas conocidas son "Nemacor", "Prowl" y "Admire". Ten en cuenta que algunos pesticidas están específicamente diseñados para controlar los insectos en las plantas jóvenes, mientras que otros solo matan hongos. Encuentra el pesticida más apropiado para tu problema.

Cosecha y cura el tabaco
 Corta las plantas de tabaco a la altura del tallo manteniendo las hojas juntas. También puedes extraer las hojas del tallo en el campo. Las plantas deben estar listas para su cosecha 3 meses después de plantarlas.

    Los tallos deben cortarse alrededor de 3 o 4 semanas después de desmochar la parte superior. Las hojas de la parte inferior ya estarán parcialmente deterioradas. Si extraes las hojas en el campo, se realizarán 4 o 5 cosechas en intervalos de 1 o 2 semanas, empezando con las hojas de la parte inferior. La primera cosecha debe empezar inmediatamente después de desmochar la planta y cuando las hojas muestren una leve coloración amarilla.

    Las flores inhibirán el crecimiento de las hojas y competirán para obtener la luz del sol; es importante eliminarlas para que las hojas de tabaco sean lo más anchas posibles.

    Deberás mantener las hojas intactas, ya que se colgarán durante el proceso de curado. El curado es necesario porque prepara a las hojas para su consumo; el proceso produce diferentes compuestos en la hoja que le brindan al tabaco curado un aroma a frutas, aceite de rosas, té o heno. El curado también contribuye a que el tabaco se sienta más "suave" cuando se consume.

 Cuelga las hojas de tabaco en un área húmeda, caliente y bien ventilada. La temperatura sugerida para el curado va de los 18 a los 35 °C (65 a 95 °F), mientras que el promedio de humedad más óptimo es de 65 a 70 %.

    Asegúrate de brindar un espacio adecuado entre cada tallo para que las hojas sequen satisfactoriamente.

    Un curado apropiado debe tomar unas cuantas semanas para poder obtener una buena calidad. El tabaco que se cura muy rápido estará verde y es muy probable que no tenga un buen aroma o sabor. Las hojas que se curan muy lento pueden desarrollar moho o podrirse. Asegúrate de supervisar con atención las hojas de tabaco para identificar estos signos y ajustar la temperatura o humedad, según sea necesario.

    Si vas a curar las hojas en el tallo, extrae las hojas del tallo cuando el curado haya terminado.

    Es ideal contar con un edificio que pueda abrirse o cerrase según sea necesario para controlar la humedad y la velocidad del secado. Algunos productores que cultivan su propio tabaco han construido centros de curado y pueden ponerlos en venta.

    El tabaco curado al aire se usa principalmente para producir puros. También se puede curar el tabaco con el fuego, el sol o el aire caliente. El tabaco curado al fuego suele tomar entre 10 y 13 semanas y se utiliza para producir tabaco de pipa y tabaco para mascar. El tabaco curado al sol y al aire caliente se utiliza para producir cigarrillos.

 Añeja el tabaco en condiciones similares a las del proceso de curado. El tabaco comercial suele añejarse por un año o más, pero añejar tu propio tabaco puede tomarte entre 5 y 6 años.

    El tabaco no se añejará si la temperatura y el contenido de humedad no son los más adecuados. Si el tabaco está muy seco, no se añejará; si está muy húmedo, se pudrirá. Desafortunadamente, la temperatura y la humedad apropiadas pueden variar mucho y requerirán que experimentes con ellas.

    Supervisa las hojas con mucha atención durante el proceso de añejado para asegurarte de que permanezcan húmedas, pero sin podrirse. El añejado no es una ciencia exacta y requerirá ajustes espontáneos cuando sea necesario.

    Añejar las hojas de tabaco es opcional, pero ten en cuenta que el tabaco no añejado suele ser áspero y tiene un sabor menos agradable.

Consejos
    Algunas personas cosechan muchas veces en una sola temporada, extrayendo cada capa de hojas cuando alcanzan una longitud adecuada. La experiencia te enseñará a determinar si tus plantas deben ser cosechadas por hojas o por tallos.
    El tipo y la cantidad de fertilizante, la frecuencia de riego y el control de plagas variarán de forma significativa dependiendo del clima y la ubicación. Consulta a las fuentes locales para obtener consejos sobre cómo cultivar semillas de tabaco en tu área.

Advertencias
    Las plagas que afectan a la planta de tabaco suelen ser diferentes a las que afectan a otras plantas; por ello, asegúrate de que los métodos que emplees para preservar tus plantas de tabaco no interfieran con tus otros cultivos.

    Espera 4 o 5 años antes de volver a cultivar tabaco en el mismo lugar. Esto ayudará a que el suelo regenere los nutrientes que el tabaco necesita.

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